Es más barato
Cómo cualquier servicio SaaS (Software-as-a-Service) en la nube, el utilizarlo evita la necesidad y el coste de mantenerlo en nuestro propio CPD, lo que nos ahorra costes de hardware.
La recomendación es tener el sistema de monitorización en una máquina independiente de los sistemas monitorizados ya que, por ejemplo, si sufrimos problemas en el almacenamiento de nuestro sistema de virtualización, la monitorización también lo sufrirá y es posible que ello impida que nos avise de esta situación. Como nota, esto también aplica a no alojar el sistema de monitorización en la misma nube dónde desplegamos nuestra infraestructura.
Además, y esto es una constante, las necesidades de monitorización crecen con el uso de esta y con el crecimiento propio de la empresa y sus servicios, por lo que, o compramos un hardware que apenas vamos a aprovechar al principio o vamos cambiando a medida que va siendo necesario. En la nube, este problema está resuelto por definición. Y todo esto se multiplica si necesitamos alta disponibilidad…
Aparecen naturalmente otros costes asociados como consumos eléctricos, gastos en equipamiento y personal de ciberseguridad, espacio en nuestros racks, etc, pero quizá el más importante sea el de los costes de mantenimiento y personal: necesitamos personal de sistemas interno o externo que pueda implantar y mantener el sistema de monitorización. Este personal necesita además una formación específica en cuestiones como: mantenimiento de bases de datos de alta carga, alta disponibilidad, parametrización del software utilizado, etc, y que además debe estar al día de estas tecnologías para realizar las actualizaciones.
En muchas empresas no se dispone de estos perfiles y se subcontratan a terceros a los que hay que dar acceso a nuestros sistemas para las actuaciones en remoto, tienen que adaptarse y conocer nuestras políticas internas, etc. con lo que el resultado suele no ser ágil, factor clave si no queremos que nuestro sistema de monitorización se quede obsoleto ante el rápido avance de nuevas tecnologías como contenedores, cloud, etc.
Mucho más barato
Si la empresa si dispone de estos perfiles, además de su coste, aparece otro coste normalmente mucho más elevado, aunque difícil de medir, el coste de oportunidad: ¿Cuánto cuesta tener a 2 ingenieros, 2 meses construyendo un sistema de monitorización y dedicando X horas al mes a mantenerlo mientras podríamos tenerlos realizando otros proyectos que generen ingresos a la compañía? ¿El perfil de un ingeniero de monitorización sirve para otros desarrollos o actividades que generan ingresos?
Además, existe una terrible realidad: un sistema desarrollado interno implica normalmente que va a estar abierto a “peticiones de cambios” de todo tipo por parte de los clientes internos, lo que solo aumentará los costes indicados antes. Este punto es especialmente grave si nuestra empresa ni siquiera se dedica al mundo del desarrollo software (por ejemplo, si somos un operador de telecomunicaciones). La dificultad de mantener un sistema que gana complejidad cada día, políticas de cambios, despliegues, documentación, formación, etc puede hacer aflorar muchos costes que no existen al externalizar.
Frente a esto, un proveedor SaaS en la nube tiene optimizadas sus operaciones para realizar actualizaciones de forma masiva, rápida y testeada, teniendo en cuenta que su competitividad como servicio se basa en sus funcionalidades, así como disponer de los últimos parches de seguridad de forma inmediata. Además, nos beneficiaremos de que toda su cartera de clientes está usando el mismo software que nosotros por lo que la detección de bugs, petición de funcionalidades y problemas y su resolución será mucho más ágil y, en muchas ocasiones, transparente a nosotros.