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Ventajas de utilizar un sistema de monitorización SaaS en la nube
- “Hola, la bombilla que os compré el otro día no funciona” - dice el cliente.
- “Oh, pues que extraño, la bombilla de nuestra oficina funciona perfectamente” - responde el servicio técnico.
Esta situación nos parece absurda, ¿verdad? Cambiemos bombilla por “servicio web” y ya no resultará tan extraño. En mi vida profesional he sufrido esta situación en mis carnes alguna vez y fue uno de los motivos que me llevó a situar gran parte de la monitorización en servicios en la nube en mi anterior empresa. Los clientes nos llamaban y nos decían que no podían acceder al servicio y, al igual que en el caso de la bombilla, nosotros éramos capaces de acceder desde nuestra oficina, por lo que indicamos al cliente que era probable que fuese un problema de su proveedor de internet. A una persona de mi equipo se le ocurrió probar con el móvil, que estaba conectado a otra red… y fue capaz de reproducir el problema. Con lo que aquel teléfono móvil se convirtió en nuestra improvisada sonda para poder comprobar el origen del problema y solventarlo. Imaginaos la cara del cliente: no podía acceder al servicio y además le indicamos que probablemente fuese culpa suya, cuando desde el minuto uno era un problema de enrutado de nuestro proveedor.
Este primer punto es quizá la ventaja más evidente de disponer de un sistema de monitorización externo a nuestra organización y a nuestra red. Por una razón análoga y porque los proveedores externos también fallan, lo mejor es adoptar una solución híbrida, en la que seamos capaces de tener sondas externas e internas (por sede o segmento de red) que reporten en tiempo real a nuestro sistema centralizado en la nube. Pero hay más ventajas:
- “Oh, pues que extraño, la bombilla de nuestra oficina funciona perfectamente” - responde el servicio técnico.
Esta situación nos parece absurda, ¿verdad? Cambiemos bombilla por “servicio web” y ya no resultará tan extraño. En mi vida profesional he sufrido esta situación en mis carnes alguna vez y fue uno de los motivos que me llevó a situar gran parte de la monitorización en servicios en la nube en mi anterior empresa. Los clientes nos llamaban y nos decían que no podían acceder al servicio y, al igual que en el caso de la bombilla, nosotros éramos capaces de acceder desde nuestra oficina, por lo que indicamos al cliente que era probable que fuese un problema de su proveedor de internet. A una persona de mi equipo se le ocurrió probar con el móvil, que estaba conectado a otra red… y fue capaz de reproducir el problema. Con lo que aquel teléfono móvil se convirtió en nuestra improvisada sonda para poder comprobar el origen del problema y solventarlo. Imaginaos la cara del cliente: no podía acceder al servicio y además le indicamos que probablemente fuese culpa suya, cuando desde el minuto uno era un problema de enrutado de nuestro proveedor.
Este primer punto es quizá la ventaja más evidente de disponer de un sistema de monitorización externo a nuestra organización y a nuestra red. Por una razón análoga y porque los proveedores externos también fallan, lo mejor es adoptar una solución híbrida, en la que seamos capaces de tener sondas externas e internas (por sede o segmento de red) que reporten en tiempo real a nuestro sistema centralizado en la nube. Pero hay más ventajas:

Es más barato
Cómo cualquier servicio SaaS (Software-as-a-Service) en la nube, el utilizarlo evita la necesidad y el coste de mantenerlo en nuestro propio CPD, lo que nos ahorra costes de hardware.La recomendación es tener el sistema de monitorización en una máquina independiente de los sistemas monitorizados ya que, por ejemplo, si sufrimos problemas en el almacenamiento de nuestro sistema de virtualización, la monitorización también lo sufrirá y es posible que ello impida que nos avise de esta situación. Como nota, esto también aplica a no alojar el sistema de monitorización en la misma nube dónde desplegamos nuestra infraestructura.
Además, y esto es una constante, las necesidades de monitorización crecen con el uso de esta y con el crecimiento propio de la empresa y sus servicios, por lo que, o compramos un hardware que apenas vamos a aprovechar al principio o vamos cambiando a medida que va siendo necesario. En la nube, este problema está resuelto por definición. Y todo esto se multiplica si necesitamos alta disponibilidad…
Aparecen naturalmente otros costes asociados como consumos eléctricos, gastos en equipamiento y personal de ciberseguridad, espacio en nuestros racks, etc, pero quizá el más importante sea el de los costes de mantenimiento y personal: necesitamos personal de sistemas interno o externo que pueda implantar y mantener el sistema de monitorización. Este personal necesita además una formación específica en cuestiones como: mantenimiento de bases de datos de alta carga, alta disponibilidad, parametrización del software utilizado, etc, y que además debe estar al día de estas tecnologías para realizar las actualizaciones.
En muchas empresas no se dispone de estos perfiles y se subcontratan a terceros a los que hay que dar acceso a nuestros sistemas para las actuaciones en remoto, tienen que adaptarse y conocer nuestras políticas internas, etc. con lo que el resultado suele no ser ágil, factor clave si no queremos que nuestro sistema de monitorización se quede obsoleto ante el rápido avance de nuevas tecnologías como contenedores, cloud, etc.
Mucho más barato
Si la empresa si dispone de estos perfiles, además de su coste, aparece otro coste normalmente mucho más elevado, aunque difícil de medir, el coste de oportunidad: ¿Cuánto cuesta tener a 2 ingenieros, 2 meses construyendo un sistema de monitorización y dedicando X horas al mes a mantenerlo mientras podríamos tenerlos realizando otros proyectos que generen ingresos a la compañía? ¿El perfil de un ingeniero de monitorización sirve para otros desarrollos o actividades que generan ingresos?Además, existe una terrible realidad: un sistema desarrollado interno implica normalmente que va a estar abierto a “peticiones de cambios” de todo tipo por parte de los clientes internos, lo que solo aumentará los costes indicados antes. Este punto es especialmente grave si nuestra empresa ni siquiera se dedica al mundo del desarrollo software (por ejemplo, si somos un operador de telecomunicaciones). La dificultad de mantener un sistema que gana complejidad cada día, políticas de cambios, despliegues, documentación, formación, etc puede hacer aflorar muchos costes que no existen al externalizar.
Frente a esto, un proveedor SaaS en la nube tiene optimizadas sus operaciones para realizar actualizaciones de forma masiva, rápida y testeada, teniendo en cuenta que su competitividad como servicio se basa en sus funcionalidades, así como disponer de los últimos parches de seguridad de forma inmediata. Además, nos beneficiaremos de que toda su cartera de clientes está usando el mismo software que nosotros por lo que la detección de bugs, petición de funcionalidades y problemas y su resolución será mucho más ágil y, en muchas ocasiones, transparente a nosotros.

Es más rápido
Dado que normalmente los servicios SaaS trabajan con un sistema de pago por uso, el interés en que sea muy sencillo empezar a monitorizar de forma fácil y rápida es enorme, por lo que suelen proporcionar, como en el caso de Muutech:- Plantillas optimizadas para los sistemas más habituales
- Dashboards preconfigurados
- Sistemas de autodescubrimiento
- Mapas autogenerados
- Orientado a buenas prácticas
- Servicio adicional de soporte y configuración

Su disponibilidad es mayor por diseño
Si tenemos múltiples sedes, el que el sistema esté fuera de todas ellas, elimina la dependencia de la conectividad de una de ellas o la necesidad de implementar estrategias de alta disponibilidad entre múltiples CPDs con sistemas que, como los de monitorización, consumen ancho de banda y almacenamiento. Además, el proveedor se encargará de monitorizar sus propios sistemas y de la seguridad de los mismos, por lo que no tendremos que tener un servicio adicional que monitorice nuestro sistema de monitorización.El tener la monitorización distribuida utilizando proxies en nuestras sedes y un servidor central en la nube nos permite además establecer alarmas más inteligentes combinando datos sobre retardos o disponibilidad desde el servidor central y desde nuestra localización; por ejemplo, detectamos que tenemos un problema de retardo conectándonos a nuestro ERP en la nube… ¿el problema es la conexión desde la oficina o del proveedor? Si tenemos una sonda en nuestra oficina y otra en el servidor de la nube, podemos saberlo. Esto es especialmente relevante si tenemos en nuestra infraestructura dispersión geográfica, dónde además necesitamos poder evitar retardos que afecten a la eficiencia de los sistemas de monitorización.
Además, al aplicar una arquitectura híbrida, tenemos algunas ventajas adicionales:
- Podemos recoger información de monitorización en la nube para equipos que no tienen conexión directa.
- Si estamos monitorizando infraestructura y servicios en la nube, esta monitorización no consumirá ancho de banda de nuestra infraestructura on-premise.
- Podemos enviar datos desde sistemas externos a nuestra VPN (sensores remotos, información de partners, datos de otros productos SaaS, etc.).
- Otras herramientas SaaS que utilicemos pueden beber datos de nuestro sistema de monitorización.
- Nos permite publicar a nuestros clientes información sobre el estado de nuestros servicios de manera directa.

No es necesario ser un experto en monitorización (ni contratarlos)
Hubo una época en la que no era raro que las empresas montasen on-premise sus propios servidores DNS o de correo electrónico, obligando a la compañía a disponer (y mantener) gente en sus equipos con conocimientos sobre esas tecnologías, asistiendo a conferencias sobre DNSSEC, tecnologías anti-spam, etc (seguro que te ha venido a la mente el coste de oportunidad del que hablamos antes). Hoy en día parece impensable el no tener un servicio -todavía- crítico como el correo electrónico con servicios en la nube como Google o Outlook y muchísimo menos el mantener tu propio sistema de DNS.La nube es una forma económica de comprar conocimiento y dedicación para tecnologías concretas; llevándolo al extremo e intentando no ofender a nadie, probablemente Google sepa gestionar mejor sistemas de correo y DNS en alta disponibilidad que tu equipo: serán capaces de conseguir unos mantenimientos más rápidos y con menor downtime, resolver antes cualquier problema y visualizar y recoger las necesidades y nuevas funcionalidades para el futuro. Y lo mismo pasa con la monitorización.

Posibilidad de acceso desde cualquier parte del mundo, en cualquier momento
Recibo una alarma indicando que mi sistema de VPN está inaccesible y quiero mandar el reporte al equipo técnico de la empresa que lo lleva para que lo resuelvan. Estoy en un hotel y voy a conectarme al sistema de monitorización de mis instalaciones, espera, ¿cómo me conecto? Una solución SaaS permite, si así lo queremos, que el acceso sea desde cualquier lugar del mundo con Internet sin necesidad de abrir puertos a nuestra red interna, etc. Algo muy útil si, por ejemplo, queremos dar acceso a un proveedor de un determinado servicio para que vea el estado de los sistemas y sus históricos, pero no necesariamente tenga acceso en remoto a ellos si solo nos asiste en la resolución de problemas.
Preparados para el futuro
En el mundo de la monitorización se aproximan una serie de cambios relacionados con el uso de tecnologías de inteligencia artificial como el machine learning para la detección de anomalías, predicción de necesidad de capacidad, etc. El coste computacional de muchas de estas actividades es alto y se ejecuta en muchas ocasiones de forma discontinua (por hora, diario, etc.): el coste de hacer esto con hardware propio es evidentemente mucho más elevado que hacerlo en la nube, por lo que para estas funcionalidades futuras la diferencia entre el coste on-cloud frente a on-premise será mucho más pronunciado. Por tanto, ¿por qué no tenerlo ya en la nube para adoptar antes que nadie estas mejoras… evitando el coste que nos traerá la futura e inevitable migración?
¿Desventajas?
Por último, debemos mencionar algunas desventajas, en la mayoría de casos asumibles o salvables:- Puede llegar un punto en que tengamos una serie de requisitos especiales que no se vean cumplidos por ninguna herramienta SaaS, pero aquí el problema no suele ser que el software esté en la nube, sino que el propio software no cumpla los requisitos que necesitamos. Esto ha pasado en compañías como Netflix, Twitter o Uber, las cuales, además, tienen la capacidad técnica y económica de construir un nuevo sistema de monitorización adaptado a sus necesidades concretas. De hecho, alguna de estas compañías, mantienen sistemas híbridos, aprovechando lo que ya funcionaba y centrando su desarrollo en aquellas particularidades que no cubrían estos softwares. Esto es equivalente a soluciones SaaS tipo Salesforce, dónde lo importante es la modularidad y flexibilidad de la plataforma que ofrezca el proveedor. En el caso de Muutech, por ejemplo, trabajamos con software que permite una amplia flexibilidad y personalización como es Zabbix y Grafana, además de ofrecer servicios adicionales para cubrir necesidades especiales sin tocar el núcleo de estas herramientas.
- Disponibilidad de la conexión a Internet. Hoy en día, si en tus oficinas no hay acceso a internet el problema es mucho más grave que quedarte sin monitorización, con el agravante de que si tu sistema está en la oficina y no tiene acceso a internet no podrá avisarte de este problema.
- Dependencia de la disponibilidad del proveedor. Evidentemente el proveedor debe ofrecer unos SLAs de servicio y aún así Amazon o Azure se pueden caer, pero seguramente la disponibilidad será mayor que on-premise y cuando haya problemas no tendrás que arreglarlos tu…

MANAGER DE DESARROLLO Y DIGITALIZACIÓN
Experto en monitorización industrial y monitorización IT.
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